¿Qué sentido tiene preguntarnos hoy en día, en medio de la catástrofe que ha desatado la pandemia en nuestras vidas individuales y colectivas, sobre el pasado? Pensamos que mirar el pasado tiene sentido cuando entendemos su importancia para el presente. Así, nos parece necesario poner en valor la memoria de nuestra ciudad, mirar la historia para proyectarnos al presente y el futuro de la ciudad que tenemos, el compromiso de construir en colectivo.
El ejercicio realizado por el fotógrafo Diego Paredes Bravo, en el año 2018, a partir de fotografías antiguas de la ciudad de Latacunga, nos acerca a la relación entre imagen y memoria, de la cual trataremos, a partir de hoy, a través de este espacio dedicado a la memoria de nuestra ciudad de la ANC, Agencia de Noticias Cotopaxi.
El trabajo de Diego consiste en un fotomontaje que compone un cruce de temporalidades, al colocar fotografías antiguas sobre fotografías actuales de lugares y calles de la ciudad. En un principio, la nostalgia sobre un pasado lejano nos evoca a una ciudad tranquila en medio de los andes ecuatorianos.
Sin embargo, más allá de una primera impresión nostálgica, ¿qué nos dicen hoy en día esas imágenes?. Para hablar de la memoria es necesario tener en cuenta su trabajo con el presente.
Las imágenes tienen la cualidad de coexistir entre dos temporalidades: el pasado como huella -lo que fue la ciudad-, y el presente donde las imágenes son reconfiguradas a través de nuevos sentidos – la ciudad de hoy-.
Justamente, el trabajo del fotógrafo nos muestra este tránsito: sobre fotografías actuales se montan fotografías antiguas para producir nuevos sentidos que nos permiten ensayar un ejercicio sobre la memoria de nuestra ciudad.
Las fotografías que arriba muestran una panorámica de la Calle Quito, el Parque Vicente León, La Catedral y la Gobernación. Estas fotografías datan desde el año 1912 y son de autoría de Eliécer León Granja. Más de 100 años separan a estas imágenes de las del siglo XXI que captura Diego Paredes.
Al sobreponerlas con fotografías del mismo lugar, se produce un juego fantasmal: ¿qué quiso capturar el fotógrafo a través de su lente? ¿qué historias encierran esa calle y esos edificios? ¿quiénes son los transeúntes anónimos, qué hacían allí? El trabajo de Diego nos invita a preguntarnos sobre la convivencia del presente con el pasado. La yuxtaposición entre los transeúntes de principios del siglo XX, con los del siglo XXI, nos hacen pensar en la importancia de la historia: ¿cómo imaginaban los ciudadanos de hace 100 años su ciudad? ¿cómo imaginamos hoy en día nuestra ciudad? ¿cómo, por ejemplo, se fue construyendo el significado de ciudadanía para los habitantes de Latacunga?
Este fotomontaje nos propone un choque de temporalidades donde la memoria aparece, no como simple recuento o añoranza, si no que se encuentra en la posibilidad de descubrir nuevos sentidos en las imágenes para preguntarnos sobre el pasado y, sobre todo, por el presente.
Investigadora del cine latinoamericano. Doctora en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM. Ganadora del Premio Nacional Ensayo sobre Cine de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (2018). Docente de la Universidad Andina Simón Bolívar y de la Universidad San Francisco de Quito. Autora de los libros: El barroco en el cine de los años ochenta en América Latina. Imágenes disidentes (FCE – CCE, 2019) ; El cine de los otros: la representación de “lo indígena” en el cine documental ecuatoriano (FLACSO-Ecuador, 2011). Colaboró en la investigación Reinventando al otro: El documental indigenista en el Ecuador (Consejo Nacional de Cine del Ecuador, 2010).
