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TIEMPO DE CAMBIOS

Una crisis es aquel período en el cual la normalidad vigente pierde su esencia, dando lugar a múltiples dificultades que obligan a cambios bruscos que modifican nuestra vida.

La pandemia mundial ha ahondado la complejidad y las incertidumbres de una sociedad que estaba convencida que, con el cambio de siglo y el advenimiento de una era marcada por las influyentes nuevas tecnologías, nos trasladarían a un mundo mejor. Sin embargo, la próxima década presenta una larga y difícil forma de entender el mundo ya que han sido afectados los hilos más sensibles del tejido social.

Tenemos que resolver problemas como:

  • El alto nivel de desempleo en profesionales, técnicos y universitarios.
  • El desempleo estructural de larga duración.
  • Sectores tradicionales estancados y sin perspectivas.
  • Cambios en la composición de los puestos de trabajo futuros y en los perfiles profesionales buscados.
  • Empresas tradicionales que no crean empleo y las nuevas se resisten a crear empleo.

Estamos enfrentados a vivir una transición que demanda elevadas dosis de resiliencia, estos tiempos de cambios obligados por una crisis multisistémica, nos conduce a una rápida adaptación a un futuro que, diariamente, nos plantea interrogantes; al sacarnos de nuestra zona de confort, forzosamente, debemos abandonar el piloto automático de la existencia y tratar de entender cómo vivir, trabajar, consumir y organizarnos; ya que el sistema social al que estábamos acostumbrados ya no existe y ahora tenemos que inventar formas provisionales de enfrentar retos para los cuales jamás estuvimos preparados.

Es ingenuo pensar que cuando la crisis sanitaria sea controlada, volveremos al entramado social de siempre, la transformación es profunda y, como dirían nuestros jóvenes, necesitamos resetear nuestro cerebro para pensar y razonar la alteridad y, por qué no, nuestros sentimientos para replantear la importancia de nuestros valores éticos y morales que nos lleven a una humanidad más sensible, más afectiva.

La mayoría de las profesiones del futuro tienen que ser inventadas con trozos de las anteriores. Esta “nueva realidad” obliga a pensar en:

  • Un abanico de trabajos en base a proyectos.
  • Un portafolio de carreras con habilidades genéricas.
  • Actividades vinculadas a comunidades de interés mutuo.
  • Creación de redes económicas.
  • Aprendizaje de por vida.
  • Capacidad para buscar, encontrar y evaluar información.
  • Múltiples profesiones usando habilidades transferibles.
  • Capacidad para absorber cambios rápidos en las tecnologías y aprendizajes intuitivos.

La era poscrisis ya no será más de lo mismo, la mayoría de las relaciones sociales, laborales, económicas, políticas y demás están mutando, y si no nos organizamos individual y colectivamente sucumbiremos. Los cambios tecnológicos y sociales en curso requieren de nosotros capacidad de innovación y entre más pronto propongamos alternativas, menos traumática será esta transición y podremos empezar a sentar las bases de una nueva sociedad, una con mayores índices de equidad y justicia.