Una profunda crisis obliga a pensar en iniciativas que nos lleven a construir adecuadamente la denominada “nueva normalidad” y para ello se requieren enfrentar los múltiples problemas con una mirada que, con luz larga, nos proyecte al futuro. Y las complejidades mayores se presentan en una creciente población urbana que tiene desbordadas a las ciudades.
Es hora de que con paso seguro avancemos en el objetivo de crear ciudades sostenibles económica, social y medioambientalmente, nuestras románticas y apacibles urbes desaparecieron y hoy el reto mayor está en no, únicamente, dedicarnos a solucionar urgencias causadas por la falta de planificación estratégica, sino que con visión de futuro y aprovechando las bondades de las nuevas tecnologías de la información y comunicación creemos las condiciones adecuadas para proveer a la sociedad de infraestructura que garantice el desarrollo sostenible, incrementando la calidad de vida de los ciudadanos al ofrecer mayor eficacia en la prestación de servicios, con un óptimo aprovechamiento de los recursos disponibles.
El sueño de vivir en una ciudad inteligente, no debe ser producto de una novelería demagógica, debe nacer de la necesidad de mantener armonía entre nosotros y de nosotros con la naturaleza y únicamente se hará realidad con la activa participación ciudadana.
Las estimaciones de expertos preven que, en el 2050, el 85% de la población mundial vivirá en ciudades, este hecho obliga a buscar, todos, soluciones a los crecientes problemas de los núcleos urbanos.
El abastecimiento energético, el control de las emisiones de CO2, el tráfico automovilístico, la provisión de bienes y materias primas, la prestación de servicios sanitarios y de seguridad son ejes que, incluso hoy, no han sido atendidos y que en el futuro se constituirían en una bomba de tiempo que desencadenaría desastres mayores.
Estudiosos de las ciudades inteligentes o también llamadas “smart cities” sostienen que el modelo ideal de éstas se basa en los siguientes subsistemas:
- Generación distribuida, consiste en garantizar que las ciudades cuenten con generación eléctrica repartida por el territorio, a través de un abastecimiento individualizado (micro-generación), no centralizado.
- Redes inteligentes interconectadas, las cuales posean una circulación bidireccional de datos entre el centro de control y el usuario.
- Medición inteligente de los datos de gasto energético de cada usuario, a través de telecontadores, donde se realizan las lecturas a distancia y en tiempo real.
- Convertir a todas las construcciones en inteligentes como modelo de eficiencia. Edificios domóticos que respetan el medioambiente y que poseen sistemas de producción de energía integrados.
- Los sensores inteligentes tienen la función de recopilar todos los datos necesarios para hacer de la ciudad una Smart City. Son parte fundamental para mantener la ciudad conectada e informada, y hacer que cada subsistema cumpla su función.
- Implantación del vehículo eléctrico y los respectivos puestos de recarga públicos y privados.
- Incorporación masiva al uso y aprovechamiento de las nuevas tecnologías de la información, mediante ellas los ciudadanos y las entidades administrativas pueden participar activamente en el control de la ciudad.
- Los ciudadanos son sin duda la parte fundamental de una Smart City, ya que sin su participación activa no es posible poder llevar a cabo estas iniciativas.
Lo aquí expuesto aparentemente parecerían utopías y más de uno pensará que esos sueños fácilmente podrían convertirse en pesadillas, sin embargo la verdadera tragedia llegará si autoridades y pueblo mantenemos una actitud conformista que no motive a emprender en cambios necesarios e impostergables si de verdad queremos pensar en una “nueva normalidad”.
Arquitecto, PhD en Ciencias de la Educación, Catedrático Universitario, Escritor, Investigador del Patrimonio Cultural y de las Ciencias Sociales. Columnista en varios medios de comunicación.
“Es indispensable sentipensar Cotopaxi, para consolidar la memoria colectiva, analizar críticamente el presente y proyectar el futuro con espíritu resiliente y sinérgico”.