La cuarentena y el confinamiento hacen que las personas estén expuestas a sus pantallas durante largas jornadas. Reuniones de trabajo a través del computador o el celular, videollamadas con los seres queridos, televisores prendidos todo el día y lámparas encendidas son ejemplos de la cotidianidad actual. Este panorama incrementa la probabilidad de que nuestra piel sufra por los efectos de las luces artificiales de estos dispositivos.
Existen varios tipos de luces artificiales, como la luz infrarroja, la luz invisible y la luz azul, que afectan el bienestar de las personas. Sin embargo, la luz azul es de las que más despierta interés hoy en día porque es a la que más se encuentran expuestas los adultos durante el día debido al uso frecuente de pantallas de computador, celular y luces artificiales. La manera como la luz azul afecta la piel es muy similar a como lo hacen los rayos UV: penetran profundamente lo que causa efectos en la dermis e, incluso, en el ADN, debido a la formación de radicales libres.
Según estudios de investigaciones dermatológicas, la luz azul podría causar hiperpigmentación en pieles oscuras, lo que afecta su color y aspecto. Además, incrementa la posibilidad de aparición temprana de signos de envejecimiento, promueve la aparición de arrugas, y la pérdida de firmeza de la piel. Ante esta situación, BASF, multinacional alemana, ha creado soluciones que protegen la piel de estos efectos nocivos que puedan generarse sin que las personas se den cuenta.
“En tiempos de confinamiento, proteger la salud de la piel es una necesidad prioritaria. Debemos utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para no exponer nuestra dermis a estas luces que pueden ser contraproducentes en el largo plazo”, explica Lina Joya, responsable de mercadeo para la línea de cuidado personal de BASF. “Es clave reconocer a qué tipo de luz y rayos estamos expuestos diariamente e identificar los efectos que estos pueden tener en nuestra piel y salud para tomar las medidas proactivas”.
A medida que los consumidores han comenzado a entender la importancia de la protección para prevenir arrugas como complemento de su rutina de belleza, la protección contra las diferentes fuentes de luz ha ganado más relevancia en la industria cosmética. Productos de BASF como el Arganyl®, un producto que se extrae de la hoja de argán y que es mezclado en aceites hidratantes y el Ciste’M®, un extracto de ládano (rockrose), conocida como la Fénix Vegetal, que protege el ADN de las células de la piel de los efectos de la exposición a los rayos UVA, UVB y luz visible, son algunas de las soluciones químicas que tiene BASF para proteger la dermis de las personas, evitar los efectos nocivos generados por la luz azul, acelerar la renovación celular en hasta un 17% y reducir la profundidad de las arrugas en un 9 %.
Finalmente, el DN-Age® es un bioactivo que viene de la hoja de mata-pasto (Senna alata – candle busch) utilizado en productos anti envejecimiento y de protección solar que ofrece una protección amplia al ADN celular contra UVA, UVB y luz azul.
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