“En un estado verdaderamente libre, el pensamiento y la palabra deben ser libres”, es una frase que se lee en muchos espacios y resume lo que debe ser derecho de todo ser humano, que en ocasiones trata de ser vulnerado por gobiernos autoritarios, caudillistas, que quieren perpetuarse en el poder y obligan a que la única verdad que debe transmitirse sea la del mandatario de turno.
Esta situación viene al caso, en razón del pronunciamiento de la Corte Constitucional del Ecuador que dejó sin efecto una resolución del Tribunal Contencioso Electoral que hace 8 años sancionó a la revista Vistazo de circulación nacional, por un editorial; además el organismo Constitucional determina en su sentencia que el TCE deberá ofrecer disculpas a la referida revista; ese organismo en la sentencia, además, multó con 80 mil dólares a ese medio de comunicación en septiembre de 2012; se trataba de un editorial contrario a una consulta popular que un año antes impulsó el gobierno de Rafael Correa.
La Corte Constitucional declaró “la vulneración de los derechos constitucionales al debido proceso con la garantía de recibir decisiones motivadas y la legalidad previstas en los numerales 3 y 7.1 del artículo 76 de la Constitución y a la libertad de expresión. El TCE deberá difundir sus disculpas públicas en su sede, en su página web y publicar el fallo en las redes sociales institucionales por seis meses, además de capacitar a sus funcionarios sobre la protección a la libertad de expresión en contextos electorales.”
En agosto de 2011 cinco organismos afines a Correa y su gobierno, demandaron a la revista porque días antes de la consulta popular de 6 de mayo del mismo año, dio a conocer su opinión contraria a varias preguntas de la consulta a través de un editorial.
El Tribunal Constitucional considera indispensable que se proteja y garantice el ejercicio de la libertad de expresión en el debate político que preceden a las elecciones de las autoridades estatales que gobernarán un Estado. El debate democrático implica que “se permita la circulación libre de ideas e información respecto a los candidatos y sus partidos políticos por pate de los medios de comunicación, de los propios candidatos y de cualquier persona que desee expresar su opinión o bridar información”.
El pronunciamiento de la Corte Constitucional no es un triunfo solamente de la indicada revista, es un triunfo de la libertad de expresión en su condición más amplia, es el triunfo de la libertad que tenemos todos los seres humanos para decir lo que creemos en función de nuestras actividades y de los hechos y acontecimientos que se producen en un Estado.
“La libertad de expresión es un derecho que tienen todas las personas a la hora de decir, afirmar o manifestar sus creencias, pensamientos e ideas, siempre que esto no sea un motivo de discriminación, represión u otras formas de violencia”. Este derecho debe ser ejercido cumpliendo las normas básicas de respeto y consideración a las demás personas, con una clara demostración de tolerancia para una convivencia pacífica en el ambiente social, económico y especialmente político, más aun cuando nos encontramos a las puerta de una campaña electoral en la que con toda seguridad habrán enfrentamientos entre candidatos, enfrentamientos que deben estar garantizados con la discusión de ideas, de planteamientos, de conceptos, lejos de ataques a la vida privada de los candidatos y más lejos de los insultos para dañar la imagen de los demás, eso no debe producirse para hacer realidad la libertad de expresión entre seres conscientes de sus deberes y obligaciones con los demás y con el país, en el caso ecuatoriano.
Que esta resolución de la Corte Constitucional sea la más clara demostración que un gobierno democrático debe garantizar la libertad de opinión, la libertad de conciencia, la libertad de prensa y así promover el debate de altura, con bases y principios, la demostración más clara que los gobiernos autoritarios, que los caudillos y prepotentes no durarán toda la vida y brillará la luz de la libertad de expresión como un principio esencial del convivir humano, considerando los diversos momentos de nuestra historia y, en nuestro caso, en medio de una emergencia sanitaria y próximos a una campaña electoral en la que debemos garantizar el respeto, la consideración y la responsabilidad de la libre expresión para decir lo que creemos y pensamos sin afectar al honra de los demás.
Columnista. Latacungueño sensible, dócil, franco, admirador de Gabriel García Márquez, el fútbol sigue siendo una pasión recurrente; de Latacunga extraña el ajetreo mercantil de la plaza de El Salto y sus “cosas finas”; amante del periodismo desde hace más de 45 años escribiendo de forma cotidiana para el Diario “La Gaceta”; se formó en el Instituto Internacional de Periodismo “José Martí” La Habana-Cuba.