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LA ENCRUCIJADA DEL PARLAMENTO ANDINO

El Parlamento Andino es el órgano legislativo de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y lo conforman cinco representantes por cada Estado miembro: Colombia, Bolivia, Chile, Perú y Ecuador; funciona desde 1979 y la importancia de este organismo ha recibido cuestionamientos permanentes desde diferentes sectores, ya que son pocos los objetivos alcanzados en el ámbito de la integración subregional respecto a temas relacionados con educación, migración , energía, ambiente, seguridad o derechos laborales, entre otros; y esto obedece a que sus resoluciones no tienen un carácter vinculante, sino que son simples recomendaciones para los poderes ejecutivos de cada país miembro.

Entre los logros palpables del Parlamento están la Universidad Andina, el pasaporte y la cédula andinos, la aprobación de los marcos de Energías Sostenibles, Movilidad Humana, de Preservación del Patrimonio Cultural y de Cambio Climático.

Sin embargo, las interrogantes a su funcionamiento y resultados son de larga data, no han faltado quienes sostienen que debe ser eliminado y otros, en los que me incluyo, que consideramos necesario efectuar cambios urgentes que modifiquen sustancialmente la estructura de esta instancia.

En las próximas elecciones, los ecuatorianos una vez más somos convocados a elegir a cinco legisladores andinos, los mismos que aún después de electos serán intrascendentes para una gran mayoría, ya que quienes llegan a ocupar una curul andina, no la alcanzan por mérito propio, sino por el arrastre de los partidos con candidatos presidenciales que tienen más alta votación.

El Ecuador destina anualmente para el funcionamiento de este organismo más de dos millones de dólares, en las oficinas de Quito laboran 51 personas (entre directores, personal administrativo, el secretario, los parlamentarios y sus asesores y auxiliares, respectivamente cuatro y dos en cada caso). Los cinco parlamentarios ecuatorianos, reciben sueldo de legislador (5.009 dólares mensuales), cobertura total de sus viáticos y gozan de inmunidad parlamentaria.

Los países latinoamericanos que integran el Pacto Andino deben repensar la funcionalidad de este organismo e iniciar una reingeniería en sus estructuras, ya que, como está, sus resultados son poco favorables, con un impacto regional bajo y una producción ineficiente. Otros organismos regionales, especialmente aquellos que privilegian las relaciones comerciales como MERCOSUR, ocupan el interés de los gobiernos de turno olvidándose que la verdadera integración trasciende este ámbito y se orienta a la integración de los pueblos.

La Comunidad Andidad es el último resquicio del sueño de Bolívar de unir a los territorios en que luchó para liberarlos del sistema colonialista, lamentablemente, el desinterés de los gobernantes ha dejado poco espacio de credibilidad causando que una buena parte de la población no sepa para qué sirve ni qué hace y esto obedece a la escasa calidad de representantes que llegan a integrar el Parlamento Andino.