Esta vez no me referiré al gran poeta italiano que destacó en la transición europea de la edad media al renacimiento, allá por el siglo XIV, sino que retóricamente haré una analogía con la percepción que tiene la ciudadanía de las actuaciones de sus gobernantes y servidores públicos que al parecer se han olvidado de su función principal, los principios éticos y valores que como tales deben practicar, me refiero a la capacidad para desempeñarse en el cargo, compromiso con la sociedad, comunicación, espíritu de servicio, lealtad a la constitución y responsabilidad, entre otros.
Allá, por el año 1939, nacía en la provincia de Esmeraldas un personaje famoso por su capacidad para engañar a las personas, aplicando tácticas y estrategias que le permitieron obtener incluso un título universitario, era Sigifredo Dante Reyes Moreno, más conocido como el cuentero de Muisne, cuyas enseñanzas han sido bien asimiladas por algunas autoridades, que se desentienden de los ofrecimientos de campaña, en la que presentaron planes de trabajo mal elaborados, donde como reyes de Castilla ofrecieron el “oro y el moro”, y que ahora se ha convertido en un “yo te ofrezco, busca quien te dé”, a cambio de lo que los llevó al poder: los votos.
De memoria recitan las competencias exclusivas que les han sigo consignadas constitucional y legalmente mediante códigos y leyes, como la de planificar junto con otras instituciones públicas y actores de la sociedad, el progreso del país, provincia o cantón, formulando los planes de desarrollo y de ordenamiento territorial en el nivel correspondiente.
En nuestro cantón, por supuesto, se establecieron ejes programáticos, de los cuales en esta ocasión se citará el correspondiente al ambiental, con sus proyectos que “servirían” para mejorar las condiciones de vida del ser humano latacungueño:
- Creación de una cultura ambiental mediante la educación de la problemática ambiental.
- Tratamiento de aguas residuales.
- Recuperación y potenciación de las sub cuencas y microcuencas de los ríos del cantón.
- Mejoramiento y repotenciación de la unidad de tratamiento de desechos sólidos.
- Cuidado y recuperación de la calidad ambiental.
- Localización de áreas o proyectos que generan efectos contaminantes.
- Medidas de remediación y mitigación de emisión de gases de vehículos e industrias.
- Medidas y mecanismos de control de la calidad del aire y de contaminación auditiva.
- Control del uso de contaminantes del suelo.
Ahora, estimado lector, solicito su ayuda, para que haciendo un poco de memoria me ayude a revisar cuantas ferias, seminarios, charlas, conversatorios se han realizado con temas de educación ambiental, para que la gente haga conciencia y no ocurran eventos peligrosos como el incendio del emblemático Putzalahua.
Ojalá recuerden algo respecto a los demás proyectos, asumiendo quizá que la “ciclovía”, pintada con calcimina sobre una avenida de alto tráfico, es parte de alguno de ellos, y sobre la que los dueños de los negocios extienden su propiedad hasta la acera y parte de la calzada, marcando su territorio con cajones, taburetes, maderos y piedras, sin que nadie pueda hacer respetar los derechos de los peatones y ciclistas.
Así mismo, por favor ayuden a visualizar algo respecto a la gestión de microcuencas y desechos sólidos, dejando a un lado, claro está, la contribución para mantenimiento de microcuencas que se nos impuso junto al pago del impuesto predial y las tasas adosadas mensualmente en el pago del consumo de agua potable.
Ojalá, la historia democrática latacungueña no siga nutriéndose de promesas flagrantemente incumplidas, ante lo cual apenas existe el consuelo de un probable castigo electoral en los procesos subsiguientes, con la esperanza de que el verbo prometer no siga conjugándose en tercera persona del plural: ellos prometen y, por eso, nosotros votamos.
“Curioso, en busca de nuevos caminos y la verdad desnuda.”
Controlador de Tránsito Aéreo (USAF), Mayor de Estado Mayor Técnico FAE (SP), Licenciado en Administración Aeronáutica, Ingeniero Comercial, Diplomado, Especialista y Magister en Pedagogía