Me gusta comunicar desde la alegría, la resiliencia; sin embargo, no siempre nuestras vidas están caracterizadas por estas, sino que contrastan con tristezas y dolor. Entonces es necesario compartir situaciones o realidades que nos permitan entender al otro, ponernos en sus zapatos, acercarnos, conocernos, ser sensibles y tomar conciencia, con el fin de valorar nuestras propias capacidades, ser agradecidos por estas y, a su vez, constituirnos en seres más solidarios y empáticos con quienes, desafortunadamente, no gozan de las mismas capacidades o habilidades que nosotros.
A través de este espacio trataré de visibilizar el mundo de las personas con discapacidad y de sus familias, pues considero que hay que haberlo vivido para poder sentirlo en su real dimensión. Lo haré desde su condición de personas con derechos, deberes y libertades proclamadas por diversos organismos y declaratorias tanto internacionales como nacionales; así, también desde su condición de personas con necesidades de aceptación, de interrelación y respeto a su dignidad, no con el ánimo de buscar compasión o victimización sino comprensión.
Comencemos por conocer qué es la discapacidad, entendiendo a este término como un concepto que ha ido evolucionando con el tiempo y que, superando la visión centrada en las dificultades que experimentan las personas debido a su condición de salud, actualmente, se trabaja, más bien, en las barreras físicas y de actitud que restringen la participación plena y efectiva de las personas.
Tomando en cuenta la base legal y desde la visión actual, se considera persona con discapacidad a aquella que, por causa de una o más deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales, ve restringida permanentemente su participación en la sociedad y en el desarrollo de sus actividades de la vida diaria.
Lo que nos lleva a entender que tenemos personas con discapacidad física, personas con discapacidad psicosocial, personas con discapacidad intelectual, personas con discapacidad auditiva, personas con discapacidad visual, personas con discapacidad de lenguaje y, también, personas con multidiscapacidad.
Tratemos a la discapacidad como una realidad más de la diversidad que encontramos en el mundo y es precisamente esa diversidad, las diferencias lo que hace que cada persona sea única y, a su vez, al reconocernos como seres únicos nos podemos dar cuenta que tenemos muchas cosas en común. No cerremos los ojos ante esta realidad, abramos nuestro corazón y comprensión.
Espero, de forma periódica seguir compartiendo información y reflexiones sobre discapacidad, sobre los entornos en los que se desarrollan las personas con discapacidad, sus luchas, sus frustraciones, sus logros y más, que este primer empujón que me hizo vencer mis temores se mantenga, sea constante y nos permita acercarnos y juntos convertir las situaciones difíciles, que nos causan incertidumbre, en elementos para ser más resilientes, más asertivos.
Madre
Licenciada en Ciencias de la Educación
Diplomado superior en Gerencia Educativa
Diplomado en Archivística y Gestión Documental