Rechazo la insolencia y el desdén con que autoridades nacionales y locales tratan a esta tierra hermosa, digna de mejor suerte. Suman varios años de despreciable, enfadoso y molesto abuso de quienes desde su cargo público maltratan y ofenden a un pueblo honesto, noble y trabajador.
Con prepotencia, implantaron una cárcel que ha servido para que se estigmatice a la ciudad; quisieron, en su momento, cercenar el territorio incluido el volcán símbolo con una malhadada Ley de límites; al no conseguirlo, ahora un torpe ministro encargado de Medioambiente y Agua emitió un acuerdo ministerial asignando al Guayas y Esmeraldas la administración del Parque Nacional Cotopaxi y la Reserva ecológica de los Illinizas, el mismo que fue derogado ante la reacción ciudadana de indignación y que inundó las redes sociales, unas despistadas autoridades locales se vieron obligadas a pronunciarse, esperando no se duerman en los laureles y le sigan la pista a los contenidos del nuevo acuerdo ministerial anunciado.
El abandono del patrimonio cultural es doloroso, Tilipulo está en ruinas, de la quinta de Aranjuez nuevamente los únicos inquilinos son sus propios fantasmas, el ferrocarril y sus estaciones de El Boliche, Lasso, Guaytacama, Latacunga, Salcedo y Antonio José Holguín corren la misma suerte. Periódicamente el centro histórico de Latacunga sufre atentados irreparables, sus edificaciones civiles y religiosas icónicas, la gran mayoría, están seriamente deterioradas, ni qué decir lo que pasa con sus patrimonios muebles.
Para el ejercicio económico del 2020, el Municipio aprobó un presupuesto de 111 millones 671 mil 044,13 dólares ofreciendo mega obras para la ciudad que no se ven. Dijeron que se haría realidad el camal regional -Centro de faenamiento de cárnicos-, que tiene equipos comprados y no cuenta hasta ahora infraestructura –espacio- donde instalarlo, sin embargo parece que no saben como desenredar los problemas burocráticos y más de dos millones gastados se deprecian y ocupan espacio en una bodega sin prestar ningún beneficio para el pueblo. Con pompa impulsaron un concurso para el diseño ecológico del parque de la familia, pagaron premios a los ganadores, pero la obra tampoco aparece.
La lista de gastos infructuosos es extensa, sabemos que los estudios y diseños de proyectos son necesarios, los cuatro últimos alcaldes han destinado rubros importantes para estos, pero finalmente, las obras no aparecen. Para este 2020 se asignaron 4’millones 284mil 246,36 dólares, hemos superado la mitad del año y nada, ojalá en el segundo semestre podamos, los ciudadanos, conocer esos sesudos estudios y proyectos que conviertan a Latacunga en una ciudad acogedora por su extraordinaria infraestructura.
Esperemos que la consultoría de servicios de comunicación a la que destinaron un generoso presupuesto, sirva para que se den cuenta que la página oficial del GAD es malísima y no cumple con las obligaciones que manda y ordena la Ley de Transparencia, los servicios en línea municipales son limitados por no decir inexistentes.
Confiemos que el Alcalde administre el cantón y cumpla con sus ofertas de campaña, que los concejales asuman con seriedad su obligación de fiscalizar y legislar. Latacunga no debe seguir siendo maltratada.
¡Que la pandemia sanitaria no sirva de excusa para ocultar la ineficiencia carajo!, ¡qué les pasa a las autoridades con Latacunga!, el tiempo está decurriendo y la desilusión y desesperanza crecen.
Arquitecto, PhD en Ciencias de la Educación, Catedrático Universitario, Escritor, Investigador del Patrimonio Cultural y de las Ciencias Sociales. Columnista en varios medios de comunicación.
“Es indispensable sentipensar Cotopaxi, para consolidar la memoria colectiva, analizar críticamente el presente y proyectar el futuro con espíritu resiliente y sinérgico”.
