César Amable Viera Pérez nació el 5 de abril de 1905 en el antiguo barrio El Empedrado, parroquia Juan Montalvo, Latacunga. Sus padres fueron Elías Amador Viera Chiluiza y Margarita Pérez Arcos. El 21 de agosto de 1922, contrajo matrimonio con Concepción Montaluisa, tuvieron una hija llamada Gloria Teresita, quien murió antes de cumplir los cinco años.
Cursó sus estudios primarios en la Escuela San José de los Hermanos Cristianos. Desde temprana edad, Viera mostró una gran inclinación por la música. A los quince años, ya dominaba el órgano con maestría; su formación musical estuvo a cargo de los padres agustinos José Suárez y Tomás Medina, quienes le inculcaron una profunda pasión por la música religiosa.
Viera desarrolló una prolífica carrera musical que abarcó diversos géneros, incluyendo la música sacra, popular y folclórica. En sus primeros años de artista, se dedicó a la composición de letanías, motetes y cantos a la Santísima Virgen, destacándose como maestro de capilla en todas las iglesias de Latacunga.
César Viera se caracterizó por su sensibilidad artística y su capacidad para plasmar en sus composiciones las emociones más profundas.
Su obra musical estuvo fuertemente influenciada por la poesía, especialmente la de Félix Valencia, musicalizó a varios de sus poemas. También fue un gran admirador de otros músicos destacados como Cristóbal Ojeda Dávila y Francisco Paredes Herrera. De ellos aprendió técnicas y estilos que incorporó a su propio repertorio.
En 1930, se estrenó en audición pública la orquesta Sixto María Durán, bajo su dirección, en el Parque Vicente León; dicho programa fue transmitido a nivel nacional, siendo grabado por la radio HCJB La Voz de los Andes. Es posible que la música del recital se conserve en los archivos de esa estación radial.
Su talento no pasó desapercibido y pronto fue contratado para trabajar en las escuelas fiscales. Se conoce que escribió un libro de música escolar, y una buena cantidad de música popular, pasillos y pasacalles, los mismos que a su muerte una gran parte se perdieron. Gracias a su sobrino Alcides Viera, algunas de sus obras fueron recuperadas de la biblioteca del sacerdote Eladio Sánchez, párroco de San Sebastián; textos que pasaron después de la muerte del religioso a manos de su hermano Wenceslao.
Entre las obras más reconocidas de César Viera se encuentran: el Himno a Latacunga (con letra del doctor Alberto Varea Quevedo), una composición emblemática y símbolo de identidad local; el paso doble Char: Dedicado a los integrantes de la Estudiantina Sixto María Durán, esta pieza refleja la alegría y el espíritu festivo del pueblo latacungueño.
El maestro César Viera falleció en Latacunga el 5 de mayo de 1944, dejando un legado musical invaluable. Su obra ha sido interpretada por artistas ecuatorianos y extranjeros, y continúa siendo disfrutada por el público de todas las edades.
Un prestigioso colegio de bachillerato técnico artístico de Latacunga, creado en 1986 lleva su nombre. Este breve texto, espero se constituya en un homenaje merecido a la memoria de un artista excepcional que dejó una huella imborrable en la cultura de Latacunga y del Ecuador.
Arquitecto, PhD en Ciencias de la Educación, Catedrático Universitario, Escritor, Investigador del Patrimonio Cultural y de las Ciencias Sociales. Columnista en varios medios de comunicación.
“Es indispensable sentipensar Cotopaxi, para consolidar la memoria colectiva, analizar críticamente el presente y proyectar el futuro con espíritu resiliente y sinérgico”.