Bien dicen en los sectores populares que en nuestro país en política se puede freír granizo, todo puede pasar en el campo de la política, los enemigos de ayer son los aliados de ahora y todo por salvar a la mayoría y entregarle mejores niveles de desarrollo y progreso, a esos sectores no les interesa si tienen que pactar con la derecha, la izquierda, con el diablo o con los duendes y todo por salvar al pueblo.
Y para salvar al pueblo y volver a gobernar no interesan los medios, sino los fines, y si para eso hay que llevar adelante un verdadero show, con los mejores actores de la política para conmover al pueblo y victimizarse ante manifestaciones claras de violación a las normas establecidas y a las leyes que están en vigencia, no importa, no interesa, hay que hacerlo para ganar presencia en los medios y seguir buscando volver al poder.
En los sectores populares se menciona no hagas a otros lo que no te gustaría que te hagan a ti, un refrán que nos dice lo que no debemos hacer en contra de otras personas, pero la realidad nos demuestra que en la política ecuatoriana hay actores a los que no les importa lo que vendrá, hay que hacer valer su situación de autoridad de dignatario y además hay que hacer ver que tienen a su alrededor una gran cantidad de borregos dispuestos a cumplir con sus deseos de grandeza y de poder.
La mayoría de ecuatorianos no entendemos cómo un presidente de la república que estuvo al frente del gobierno y de los habitantes del Estado por más de una década, no vaya a conocer que existe una norma que fue aprobada en su gobierno a través de uno de esos “borregos” en el organismo electoral. Esa norma está contemplada en una disposición transitoria del Reglamento de Democracia Interna del Consejo Nacional Electoral en plena vigencia, que señala que “la proclamación y aceptación de precandidaturas de postulación popular es expresa, indelegable y personalísima”
Y si de esta norma no conoce el aspirante a una nueva candidatura a distancia, desde el ático de Bélgica, debe conocer, por ser su obligación el abogado o el grupo de abogados que defienden la insulsa posición del ex presidente de querer ser candidato a toda costa, y si no saben sus abogados, deben saber los militantes de su movimiento y en definitiva debe hacerles acuerdo quien dirigía en ese tiempo el Consejo Nacional Electoral y era hombre conocido y cercano a Correa.
Ante esta realidad, cuando la gran mayoría de ecuatorianos no nos tragamos esa rueda de molino, el expresidente insiste en su posición y lo que es peor y hasta allá llega el show ridículo, disponer que su querida hermana y un grupo de sus seguidores que parecía iban en procesión al organismos electoral a insistir con una firma electrónica y él hablando a través de una herramienta digital. Cuando la norma vigente desde su administración dice, “indelegable y personalísima”.
Además hay que señalar claramente para la referencia histórica, que esa norma fue establecida para impedir que un exmandatario que se encontraba autoexiliado en Panamá pueda ser candidato a la presidencia como era su aspiración en esa época, en 2012. “Él (Bucaram) tiene orden de prisión, por eso está prófugo (…) le han querido inscribir, pero saben que va a ser descalificada su candidatura. Tiene que estar presente”, argumentó Correa en noviembre de 2012, sobre las intenciones de Bucaram.
Seguramente el aspirante, ahora, a vicepresidente, se ha olvidado y hay que recordarle que dijo en ese tiempo, en 2012: “Si este señor (Bucaram) quiere regresar al país, que venga para meterlo preso para que pague sus culpas. Y ojalá salga rápido, para que todas las tonterías que escribe a través de Twitter me venga a decir frontalmente”. “El único cobarde que conoce el país es el que ha salido corriendo varias veces para huir de sus responsabilidades por su deshonestidad”.
Queda claro, una vez más que los refranes populares son verdaderas sentencias, no hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti. No escupas al cielo porque te puede caer en la cara. Quien a cuchillo mata, a cuchillo muere. Con la vara que mides serás medido. Más claro no canta un gallo. Éste es mi país, esta es nuestra política y muchos serán candidatos.
Columnista. Latacungueño sensible, dócil, franco, admirador de Gabriel García Márquez, el fútbol sigue siendo una pasión recurrente; de Latacunga extraña el ajetreo mercantil de la plaza de El Salto y sus “cosas finas”; amante del periodismo desde hace más de 45 años escribiendo de forma cotidiana para el Diario “La Gaceta”; se formó en el Instituto Internacional de Periodismo “José Martí” La Habana-Cuba.